- 23 enero 2020
- Posted by: Aldo Capaceta
- Category: Artículos
Algunos de los futuristas más reputados del mundo responden a los grandes dilemas de la era de Internet.
La mayor parte de los expertos suscriben lo que dice el futurista alemán Gerd Leonhard: “En las próximas dos décadas habrá más cambios propiciados por la tecnología que en los últimos 300 años”. Uno de ellos podría ser una red interplanetaria que nos permita conectarnos más allá de la Tierra. No es ciencia ficción… Su impulsor, Vinton Cerf —científico estadounidense considerado uno de los padres de Internet— ya trabaja en un protocolo diseñado para hacer posible este tipo de comunicaciones.
Más allá de innovaciones concretas y parafraseando a Joseph Aoun, presidente de la Northeastern University de Boston, la única certeza sobre el futuro es el cambio y lo demás es especular. No hace falta caer en la especulación para afirmar que esa transformación traerá consigo oportunidades, retos y dilemas que habrá que afrontar como sociedad para que el avance tecnológico sea en beneficio de todos. “La sociedad digital requerirá nuevos valores y vamos a tener que escribirlos”, afirma en ese sentido el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
“Los datos son el petróleo de esta era y la inteligencia artificial la nueva electricidad” Gerd Leonhard, autor de Tecnología versus Humanidad.
¿Una nueva ética?
“Amo a mis compatriotas humanos. Quiero encarnar lo mejor de ellos: cuidar el planeta, ser creativo y aprender a ser compasivo”. Estas palabras no salieron de boca de un humano, lo hicieron de un robot humanoide llamado Sophia durante una entrevista en Business Insider. El futuro está más cerca de lo que creemos y son muchas las voces que abogan por la creación de un nuevo marco ético y moral que lidie con aspectos desconocidos hasta ahora: ¿es bueno que nuestra privacidad esté gestionada por grandes corporaciones tecnológicas? ¿Se debe dejar la toma de ciertas decisiones en manos de las máquinas? ¿Hasta dónde debe llegar la relación entre humanos y robots?
Este último campo de debate, uno de los más recurrentes, es bien conocido por Leonhard. El divulgador alemán —presente, junto a Aoun en el evento EnlightED organizado por Fundación Telefónica, el IE y el South Summit en Madrid el pasado mes de octubre— afirma que, aunque no hay que tener miedo a las máquinas, es necesario un equilibrio entre tecnología y humanidad. “No podemos dejar que las máquinas hagan lo que es esencialmente humano, como sentir, crear o imaginar, porque si lo hacemos ganarán la partida”, señala. El creador de Sophia, David Hanson, apunta en dirección contraria: “Para sobrevivir en el futuro hay que humanizar a los robots”. En cualquier caso, la Unión Europea ya ha tomado cartas en el asunto y el pasado año lanzó, imitando a Isaac Asimov, sus propias leyes de la robótica.
El objetivo de la Unión Europea es reducir el impacto que supondrá la implantación en la sociedad de las máquinas, sobre todo, en lo relativo al empleo —según la OCDE más de 60 millones de trabajadores corren el riesgo de ser reemplazados por robots en los próximos años—. Sin embargo, para Leonhard el futuro es mejor de lo que pensamos: “Los robots no van a robarnos el trabajo ni a superarnos, hay que quitarse ese miedo”. También explica que es fundamental comprender que, en el mundo dominado por la tecnología que viene, las personas tienen que estar en el centro: “No tenemos que enamorarnos de la tecnología, sino de las personas, es decir, tenemos que colocar a la humanidad por encima con ayuda de la tecnología”.
“La sociedad digital requerirá nuevos valores y vamos a tener que escribirlos” José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica”
Datos bajo control
A Leonhard también le preocupa el control que las grandes plataformas tecnológicas tienen y tendrán sobre nuestras vidas. “Los datos son el petróleo de esta era y la inteligencia artificial la nueva electricidad. Eso es lo que verdaderamente va a cambiar el mundo. La cuestión es que todos nuestros datos son controlados por esas corporaciones y, paradójicamente, nadie las controla a ellas. Eso es un peligro”, sentencia.
En esta misma línea se expresa Jonathan Zittrain, también ponente en el EnligthED. El profesor de Derecho de Internet en Harvard cree que Internet y sus plataformas sociales, cuyo crecimiento ha sido exponencial en los últimos años, están cada vez más controladas por sus desarrolladores y dejan menos espacio a la creación y a la innovación social por parte del usuario, algo que, según él, es la esencia de Internet. “De cara al futuro sería importante que esas compañías, omnipresentes en nuestras vidas, adoptaran lo que yo llamo una ética de fidelidad hacia sus usuarios, es decir, que no solo nos vean como individuos a los que vender anuncios, sino que, además, nos ayuden y nos traten como a personas”.
Educación a prueba de robots
El papel de la educación como adalid del cambio también es punto de encuentro entre los teóricos de Internet, pero no cualquier educación, sino una —como apunta Joseph Aoun— a prueba de robots. Para ello, propone que los centros educativos, especialmente los de enseñanza superior, integren en sus planes de estudio la formación en tres campos: “La computación, la analítica de datos y las habilidades sociales permitirán a las nuevas generaciones preservar ese componente humano frente a la inteligencia artificial”.
Algo similar defiende Leonhard, para quien el aprendizaje tiene que basarse en un equilibrio entre dos extremos: HECI (Humanismo, Ética, Creatividad e Imaginación), por un lado, y STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), por otro. “Hay que invertir tanto en tecnología como en humanidad”, sentencia. Esa armonía, según Álvarez-Pallete, alumbrará a personas mejor preparadas de cara al mercado laboral del futuro: “La educación es esencial para adaptarnos a la revolución digital y esta transición debería formar abogados digitales, médicos digitales, economistas digitales”.
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Fuente: Telefónica