Neurociencia y educación: 12 principios que todo educador debería conocer.

Para garantizar aprendizajes verdaderamente significativos, es indispensable entender qué sucede en el cerebro de una persona cuando está aprendiendo. Por ello, aquí te contamos 12 principios que todo educador debe conocer.

En su libro, Neurociencias y educación: Guía práctica para padres y docentes, Marcela Garrido Díaz intenta responder la necesidad que tienen los padres y los educadores de entender cómo funciona el cerebro. En cuatro capítulos, la autora habla de los componentes del cerebro, de los procesos de maduración, del desarrollo armónico del cerebro y de algunos factores que inciden en dicho desarrollo. Además, Garrido expone ejemplos para relevar la neurociencia como un elemento indispensable de la educación y explica, en términos simple, qué es el aprendizaje y cómo ocurre éste.

Lo primero que explica la autora es que el aprendizaje es un procesos en el cual se adquieren y se modifican algunos conocimientos, valores, conductas, destrezas, habilidades y comportamientos, como resultado de una instrucción formal o informal, del estudio, la experiencia, el razonamiento y la formación. Aunque no se sabe mucho de la neurofisiología del aprendizaje, menciona Garrido, sí existen algunos datos claves que permiten entender cómo y cuándo sucede. Por ejemplo, se sabe que el cerebro está disponible para el aprendizaje en las primeras etapas de vida, momento en el cual, las neuronas se multiplican a gran velocidad. Se sabe que el aprendizaje está relacionado con la modificación de conexiones sinápticas. Sobre esto hay otros principios acerca del aprendizaje del cerebro que la autora explica en 12 puntos esenciales:

1. El cerebro es un complejo sistema adaptativo

Una de las características más poderosas del cerebro es la capacidad que tiene de adaptarse y funcionar en muchos niveles y de forma simultánea. De forma continua e interactiva, en el cerebro operan cosas como pensamientos, emociones, imaginación, predisposiciones y fisiología.

2. El cerebro es social

En los primeros años de vida, el cerebro está en su estado más flexible y receptivo. Éste se configura a medida que interactuamos con el entorno y las personas. Esto quiere decir que el aprendizaje que ocurre en el cerebro está profundamente influido por la naturaleza de las relaciones sociales.

3. La búsqueda de significado es innata

Buscar significado es encontrar sentido a nuestras experiencias. Esta búsqueda se orienta en la supervivencia y es algo básico para el cerebro. Además está dirigida por nuestras metas y valores, y se ordena desde la necesidad de alimentarnos y encontrar seguridad, hasta la exploración de nuestro potencial.

4. La búsqueda de significado ocurre a través de “pautas”

Las pautas son mapas esquemáticos y también categorías innatas y adquiridas. El cerebro necesita y registra automáticamente lo familiar, y al mismo tiempo, busca y responde a nuevos estímulos. Éste intenta discernir y entender pautas a medida que ocurren y le da forma a nuevas pautas que son únicas y propias. Además, se resiste a que le impongan cosas sin significado, es decir, cosas aisladas que no importan para quien está aprendiendo. Esto quiere decir que, en una educación efectiva, se debe dar la oportunidad a los alumnos de que sus cerebros formulen sus propias pautas de entendimiento.

5. Las emociones son críticas para la elaboración de pautas

Lo que aprendemos es influido y organizado por las emociones y otros elemento mentales que implican expectativas, prejuicios, autoestima e interacción social. Estas emociones se moldean unos a otros y no se separan y por esto, un clima emocional apropiado, es fundamental para el aprendizaje.

6. El cerebro percibe simultáneamente

En una persona sana, los dos hemisferios cerebral interactúan en cada actividad. Garrido explica que es importante reconocer esto para introducir proyectos o ideas que sean “globales” desde el comienzo. Es decir que permitan que ambos hemisferios sigan interactuando.

7. El aprendizaje implica dos tipos de atención

Las dos atenciones son: la localizada y la periférica. Esto quiere decir que el cerebro absorbe información de lo que es consciente y de lo que está más allá de su foco de atención inmediato. Es, por lo tanto, fundamental que se preste atención a todos los factores de un entorno educativo.

8. El aprendizaje implica procesos conscientes e inconscientes

Gran parte del aprendizaje ocurre de una manera inconsciente. Esto significa que la comprensión de muchas cosas puede darse horas, semanas o meses más tarde después de una clase. Es clave entonces, que los educadores faciliten ese procesamiento inconsciente que llega después, convirtiéndolo en algo visible.

9. Tenemos al menos, dos formas de organizar la memoria

La primera forma es un conjunto de sistemas que permiten recordar información relativamente no relacionada –motivada por un premio y un castigo–, y la segunda es una memoria espacial/autobiográfica que no necesita ensayo y error y permite el recuerdo de experiencias. El aprendizaje significativo ocurre a través de la combinación de ambos enfoques de memoria.

10. El aprendizaje es un proceso de desarrollo

El cerebro es “plástico”, esto quiere decir que es moldeado por la experiencia de la persona. Hay secuencias de desarrollo predeterminadas en un niño, incluida la ventana de oportunidades que asientan la estructura básica necesaria para el aprendizaje posterior. Al ser un proceso, el ser humano siempre es capaz de aprender más pues las neuronas continúan haciendo y reforzando conexiones neuronales a lo largo de toda la vida.

11. El aprendizaje complejo se incrementa por el desafío y se inhibe por la amenaza

El cerebro aprende de manera óptima cuando es desafiado en un entorno que estimula el asumir riesgos. Sin embargo, ante una amenaza, se limita, se hace menos flexible. Por eso se debe crear un ambiente relajado con bajas amenazas y altos desafíos.

12. Cada cerebro está organizado de manera única

Todos tenemos el mismo sistema cerebral, sin embargo todos tenemos diferencias que son consecuencia de una herencia genética o muchas veces del entorno. Esas diferencias se expresan en términos de estilos de aprendizaje, talentos e inteligencias.

Estos 12 puntos evidencian que la mente humana no sólo es un músculo, sino un órgano que registra y aprovecha todo lo que experimenta y descubre. Teniendo en cuenta esto, padres y educadores pueden aprovechar dicha información para impulsar experiencias de aprendizaje significativo que tienen un gran impacto a nivel cerebral con el fin de potenciar el aprendizaje de todos y cada uno de ellos.


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Fuente: Elige Educar (2018)