- 27 enero 2020
- Posted by: José
- Category: Profesores
Si hablamos de entorno virtual de aprendizaje (EVA) o de LMS (learning management system, también virtual learning enviroment (VLE)) puede que no sepáis de lo que hablamos. Posiblemente si os hablamos de Moodle, Blackboard o Sakai la cosa os suene un poco más y, aún más posiblemente, hayáis utilizado alguna de estas herramientas. Pues bien, todas estas herramientas se pueden catalogar como entornos virtuales de aprendizaje.
Como muchas de las herramientas educativas que trabajamos ahora, los EVA surgen de las necesidades aparecidas en la llamada sociedad de la información (o del conocimiento). Precisamente, de la posibilidad de generar, transformar y transmitir informaciones con la vista puesta en los aspectos educativos. Aunque suene obvio, un entorno virtual (también llamados aulas virtuales) surge de la necesidad de imitar la realidad de forma virtual, en este caso, un aula (o entorno de aprendizaje) y de posibilitar las relaciones entre alumnos y con un docente en este entorno.
¿Qué es un EVA?
Respondiendo a la pregunta, un entorno virtual es un software que, habitualmente, está instalado en un servidor o intranet que se encargar de mantener, gestionar, almacenar, etc. actividades de formación virtual. Estas formaciones pueden darse en un entorno 100% virtual o como apoyo a formaciones presenciales, aunque lo importante es que faciliten al alumno el progreso en el proceso de aprendizaje.
Si bien, un entorno virtual puede gestionar y almacenar contenidos o tener herramientas propias para crearlos, casi todos tienen también en común algunos otros aspectos:
- Disponen de herramientas y tareas tanto para individuos como para grupos.
- Establecen espacios para tutorizar, para comunicar, para debatir y para dar y recibir feedback (de forma síncrona y asíncrona).
- Puede crear informes sobre la evolución del aprendizaje, en muchas ocasiones, gracias al uso de las analíticas del aprendizaje.
- Disponen de espacios de gestión e intercambio de información y actividades.
- Permite establecer diferentes roles para gestionar y visualizar la información.
- Habilita espacios de ayuda (técnica, sugerencias, tutoría, etc.).
¿Qué aportan los entornos virtuales a la educación?
Los entornos virtuales de aprendizaje aportan y mejoran muchos aspectos educativos, además de facilitar el cambio pedagógico. Podemos comenzar con el cambio de roles que se producen en profesor y alumno: en el caso del profesor,
este se convierte en un guía y en alguien que dirige y propone recursos más que transmitir conocimientos como venía siendo habitual. En el caso del alumno, y dada la flexibilidad de los EVA, se fomenta su propia responsabilidad, la implicación, la colaboración y la interacción en un entorno constructivista que facilita el aprendizaje activo y colaborativo y que, además, permiten crear redes de conocimiento y aprendizaje.
Tanto como refuerzo de modalidades presenciales como en entornos totalmente virtuales, los EVA permiten trabajar y vincular nuestras actividades con competencias tecnológicas que nos permitan, por ejemplo, generar, compartir o tratar la información. Además, dado este vínculo con las TIC, podemos trabajar competencias que formen parte del entorno virtual: escritura y síntesis de textos, comunicación en forma de correo o en espacios de debate, búsqueda, selección y difusión de información o, teniendo en cuenta la versatilidad de estos entornos, trabajar con herramientas que se puedan integrar en ellos.
Esto nos permite evaluar en el propio EVA aspectos relacionados con el desempeño de nuestros alumnos: participación activa, interacción y comunicación, gestión e intercambio de información, dominio del propio entorno, planificación o actitud y buenas maneras en un trabajo en equipo virtual. Por último, los entornos virtuales han facilitado a muchas personas la formación continua.
Los entornos virtuales del futuro
Como todas las innovaciones tecnológicas, los entornos virtuales siguen evolucionando. Como muestra de ello, la fundación Bill & Melinda Gates financió una investigación para buscar un EVA que fuera el ideal para los estudiantes. De hecho, se considera que en dos o tres años comenzará a implementarse esta nueva generación de entornos que buscaran ir más allá del mero administrador de aprendizaje para convertirse en entornos que fomenten el aprendizaje.
Además, dispondrán de más posibilidades:
- Serán más flexibles gracias a la mayor difusión y uso de los estándares de programación.
- Podremos personalizarlos.
- Permitirán integrar aplicaciones o herramientas externas.
- Profundizarán en la integración con las analíticas del aprendizaje.
- Podrán vincularse con redes sociales, MOOC’s y, en general, con aspectos vinculados con la educación abierta.
Esperamos que con la llegada del nuevo curso no dudéis en empezar a utilizar un entorno virtual de aprendizaje, seguro que vuestro centro dispone de uno. Y si no es así, sería un buen momento para ponerse a ello.
Fuente: Aula Planeta (2018)