Howard Gardner: Mentes flexibles e inteligencias múltiples

No es ciencia exacta, pero el famoso académico de Harvard entregó claves para cambiar la mentalidad de las personas. Una investigación que busca evitar fundamentalismos y que facilita la creación de visiones acerca de que un mundo más justo, bello y bueno es posible.

En la presentación que realizó en Chile, invitado al ciclo de Seminarium, Howard Gardner abordó el concepto de mentes cambiantes, cómo conseguir que la gente cambie de mentalidad respecto de temas importantes. Lo que en su libro “Mentes flexibles. El arte y la ciencia de saber cambiar nuestra opinión y la de los demás” define como: “lo que ocurre exactamente cuando una mente aparentemente pasa de un estado intransigente a un punto de vista radicalmente diferente”. ¿Cómo funciona esto? En su investigación, el académico identificó tres factores o agentes del cambio mental: las palancas, las entidades y las áreas del cambio.

Las entidades son ideas o constructos mentales que alojan nuestro pensamientos sobre un tema, pueden ser historias o relatos, conceptos, teorías y habilidades. Las áreas del cambio son los escenarios posibles donde el cambio de mentalidad puede realizarse y van desde los más amplio, como el cambio de mentalidad de una nación, al proceso íntimo del cambio personal, pasando por: nación, institución, creación, educación, relaciones personales y uno mismo. Estos factores operan juntos y Gardner los representó de la siguiente manera: 

Revisando historias de grandes líderes que han cambiado las mentes –negativos y positivos–, Gardner llegó a identificar 7 palancas para el cambio o formas de lograr que el cambio haga sentido a las personas y por lo mismo modifiquen sus posiciones:

  • La razón: centrada en argumentos, análisis y búsqueda de pros y contras. “Opera especialmente en las creencias de las personas que se tienen por muy cultas y educadas” (en Mentes flexibles). Puede utilizarse la lógica pura, taxonomías y analogías.
  • La investigación (research): complementando la anterior, se refiere al uso de data para la construcción de argumentos. Es más probable que quien realice una investigación se sienta proclive a pensar según sus resultados
  • La resonancia: se refiere al componente afectivo. Suele darse porque sentimos cierta ‘afinidad’ con quien nos introduce la idea, porque esa persona nos parece de fiar y nos da confianza.
  • La redescripción representacional: un cambio mental es convincente en la medida en que se represente de diversas formas (ver más abajo inteligencias múltiples).
  • Recursos y recompensas: cuando se propone un premio a las personas que piensan o actúan de una cierta manera (aunque este cambio suele no ser permanente).
  • Eventos del mundo real: cuando situaciones de la vida nos afectan profundamente, en lo personal, o en lo colectivo (por ejemplo desastres naturales).
  • Resistencias: la séptima palanca no es un facilitador como todas las anteriores. En la medida en que crecemos nos hacemos más resistentes al cambio de lo que pensamos.

De todas ellas, Gardner aconseja que dediquemos menos tiempo a tratar de convencer a otras personas para que cambien de perspectiva y más a conocer cuáles son sus resistencias al cambio para poder neutralizarlas (utilizando las mismas palancas).

Durante su exposición, Gardner mostró los retratos de muchos líderes que cambian mentes: Thatcher, Lincoln, Picasso, Einstein, Freud, F. Khalo, Darwin. Y también habló de la forma más “preciosa” de cambio de mente, cuando se convence a un público amplio y heterogéneo de que “hay una manera de hacer las cosas, una forma que puede ser más compleja o inicialmente contradictoria, pero que en última instancia es lo correcto”. En esta lista caben pocos grandes líderes, como Gandhi, Mandela, M.L.King, Rosa Parks o A, Merkel. Líderes que vieron la posibilidad de nuevos mundos, más justos, bellos y buenos y cambiaron la mentalidad de muchos que para que ese nuevo mundo fuera posible.

El cambio mental educativo

Para Howard Gardner, quien forma parte y ha dirigido Harvard Project Zero, el grupo de investigación creado en 1967 por la Escuela Superior de Educación de Harvard, un apartado importante de su teoría se orienta al cambio mental educativo. Esa experiencia que ocurre cuando un/a educador/a despierta el interés por aprender de sus estudiantes y, de ese modo, les anima a profundizar en una tema incluso después de se que acaban las clases. Un docente con esas características, tiene altas posibilidades de influir en la mentalidad de sus estduiantes.

Para hacerlo, el/la docente cuenta con todas las palancas antes descritas, aunque Gardner destaca “el papel crucial de la redescripción representacional”: las diferentes maneras de representar o ejemplificar un concepto utilizando la teoría de las inteligencias múltiples. A continuación conozcamos un caso concreto de uso en el aula.

Las inteligencias múltiples en el aula

Desde su publicación en 1983, el libro “La teoría de las Inteligencias Múltiples” ha inspirado muchos modelos pedagógicos y prácticas de aula. A continuación, te presentamos el modelo de la “paleta de inteligencias múltiples” de Col·legi Montserrat (Barcelona), creado para enriquecer la planificación de clases con actividades orientadas a cada una de las inteligencias.

El modelo se despliega gráficamente como una paleta de acuarelas en la que cada color es una de las ocho inteligencias desarrolladas en la teoría. Luego de definir metas de comprensión para la sesión de aprendizaje, la paleta se despliega a razón de una actividad por inteligencia, cada una con tiempo y recursos asociados.

La herramienta es aplicable a todo tipo de unidades de aprendizaje y puede interactuar con otros modelos cognitivos, como la taxonomía de Bloom. A continuación, algunos ejemplos de actividades que pueden realizarse por cada una de las inteligencias:

  1. Lingüística: escribir textos creativos, realizar presentaciones orales y concursos de oratoria; crear juegos de palabras o poesía y trabajar con soportes tales como grabaciones y diarios.
  2. Lógico-matemática: cuantificar elementos de la vida real, trabajar con estimaciones y clasificaciones, promover el pensamiento lógico a través de premisas, silogismos y modelos lógicos, generar organizadores gráficos, descifrar e inventar secuencias.
  3. Musical: generar ritmos, crear canciones, relacionar tonos y músicas con contenidos y conceptos, realizar representaciones musicales y construir instrumentos.
  4. Espacial: realizar visualizaciones guiadas, usar colores para organizar información, generar metáforas y símbolos gráficos, representar contenidos de manera gráfica, simular espacios con la imaginación, esculpir y trabajar con formatos tales como collages y creación de rompecabezas.
  5. Corporal-cinestésica: asociar ideas con respuestas corporales, partes del cuerpo y conceptos cinéticos; trabajar con objetos que puedan manipularse con las manos y promover actividades de representación, juegos de rol e imitaciones.
  6. Naturalista: reconocer patrones naturales, promover la observación y el contacto con el medio natural, crear taxonomías, promover el método científico, el uso de instrumentos de observación y la construcción de espacios naturales tales como huertos escolares.
  7. Interpersonal: generar dinámicas y grupos cooperativos, promover la empatía, reconocer el punto de vista de otra persona o personajes de estudio, comprendiendo sus motivaciones y adoptando roles para relacionarse con ellos; reconocer patrones y pautas de comportamiento asociados al trabajo en equipo, simular diálogos e inventar biografías.
  8. Intrapersonal: generar reflexiones de aprendizaje, reconocer tipos de pensamiento y sentimientos; descubrir las propias cualidades, ejercitar la metacognición, narrar experiencias de aprendizaje propias y vincular la experiencia de personajes de estudio con la propia biografía.

Fuente: Educarchile

http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?id=229948